Y dijo el toro al morir: "No me iré de este mundo sin que algún cerdo llene el suelo de pipas Facundo"
Todas las mañanas cuando voy hacia el agua me encuentro con que el desagradable caparazón cubre en forma de montoneras las cercanías de los bancos, y demás apoyaculos de zonas próximas al mar. Cuando durante el día veo a gente de cualquier clase social, sexo o color, comiendo pipas me entran unas ganas casi irrefrenables de preguntarles que hacen con las cáscaras cuando comen pipas en su casa.
¿¿Acaso las tiran a la alfombra?? ¿Al sofá? ¿A la cabeza del niño?
Si te quitan puntos por tirar una colilla desde el coche, si no se puede mear en la calle, si nos revisan la basura y si no reciclamos adecuadamente nos multan, ¿¿¡por qué no acabar con la lacra de las pipas!??
Parece que con la soplapollez de que son orgánicas el cemento se las traga, y si por casualidad queda alguna ya las llevo yo hasta el coche pegadas en las plantas de los pies.
Es tan difícil concienciarse que tirar cáscaras de pipas ensucia tanto como la pelotita de albal, un paquete de tabaco arrugado, una bolsa o un corazón de manzana? Padres, madres, abuelos, niños, adolescentes, la generalidad las tiran al suelo. Es un problema cultural erradicable. Ahí van mis posibles soluciones:
- Añadir mini bolsitas a los paquetes de pipas.
- Hacer recoger las cáscaras al cerdo/a en cuestión.
- Publi sobre limpieza en las bolsas de pipas.
Que conste que me encantan las pipas...unas americanas con sabor barbacoa...mmm...pero mis deshechos son míos!! Declaremos la guerra a las PIPAS!!!
Un abrazo!!
